Maestro: vida, palabra y ejemplo

Maestro: vida, palabra y ejemplo

Maestro: Persona que enseña o forma, persona de la que se reciben enseñanzas muy valiosas. Persona que brinda enseñanza a través de su ejemplo.
Según 1 Corintios 12: 28-29 ser maestro es un don espiritual: “Y A UNOS PUSO DIOS EN LA IGLESIA, PRIMERAMENTEAPÓSTOLES, LUEGO PROFETAS, LO TERCERO MAESTROS, LUEGO LOS QUE HACEN MILAGROS…”
El maestro a través de la Historia
Edad Antigua (aparición de la escritura – siglo V)
Grecia: se identificaba la figura del maestro con la del esclavo. Se justifica esta idea pues los maestros instruían a los hijos de sus amos. Era una profesión desprestigiada. El sueldo recibido era proporcional a su valoración. Ensenaban a leer, escribir y contar. Tenían escasa formación por eso eran más niñeros que pedagogos.
Roma: su trabajo era remunerado a través de regalos, pues no recibían salario fijo. Se enaltece el sentido social de la decencia en Roma. El maestro es considerado un sabio que ejerce una gran influencia en el infante.
Edad Media (siglos V - XV): el maestro es el eje de la educación, tiene la posición protagonista.
Edad Moderna (1492 - 1989): toma importancia la formación magisterial. El maestro debe aprender más de lo que va a enseñar. El alumno es pasivo.
Edad Contemporánea (1789 - actualidad): se crean las Escuelas Normales. Se importantiza la labor magisterial. Se concluyó que el maestro debe ser una persona preparada en el ámbito personal como cultura, además de ser una persona instruida. Desde ese tiempo hasta nuestros días, se trata de ver al maestro como un auxiliar de la educación. El poder – sumisión es sustituido por la relación cordial y amistosa.
En el pueblo de Israel, el pueblo de Dios, la enseñanza se concentraba en que todos vivieran en la voluntad de Dios, cumpliendo la ley. Se pueden mencionar tres propósitos dela educación cristiana:
1.     Transmitir la herencia histórica (oralmente)’
2.     Enseñar en la conducta ética y moral (disciplina)
3.     Asegurar la presencia y adoración a Dios.
La institución por excelencia para entregar la enseñanza es la familia.
Entes importantes de la educación eran:
1.     Sacerdotes: ministrar
2.     Profetas: exhortar, predicar, anunciar el propósito de Dios y corrección por mala conducta.
3.     Escribas: copistas que preservaban las tradiciones escritas y orales de Israel, eran redactores e intérpretes de la Ley.
Podemos observar a partir de aquí que a través de la Historia, en cada etapa, en toda generación y organización ha existido esa persona encargada de instruir, de formar, de corregir.
¿Cuáles características debe reflejar ese maestro?
Responsable, justo e igualitario. Flexible, preocupado, compasivo, cooperador, creativo, cautivador, dedicado, decidido.
El maestro cristiano debe además…
1.       Tener una experiencia con Dios, comunión con Dios, comunión con los hermanos.
2.       Ser sincero (la hipocresía no cabe en esta labor, en cualquier momento se caen las caretas, se deshace el maquillaje).
3.       Entusiasmo, influencia – ejemplo: “El maestro enseña… un poco mediante lo que dice, algo más mediante lo que hace, mucho mediante lo que es”. “Primero llegué a amar a mi maestro; luego llegué a amar la Biblia de mi maestro; después llegué a amar al Salvador de mi maestro”.
4.       Ser fiel, cumplir su Misión. (Id y haced discípulos).
Podemos relacionar la labor del maestro con:
1.       Es líder: encabeza un grupo. Tiene capacidad de influir en otros sujetos. Sus palabras o sus conductas logran incentivar a los miembros del grupo a la acción. Llega a modificar valores, creencias, actitudes en sus seguidores.
2.       Guía Turístico - brújula: dirige, acompaña al otro en su recorrido porque conoce bien el camino.
3.       Escultor: que modela el barro, que talla en piedra, madera u otro material.
4.       Arquitecto: que construye.
5.       Un agricultor: que trabaja la tierra, la limpia, labra, siembra la semilla.
Volviendo a Isaías 30:20…
El capítulo hace referencia al castigo que sobre Israel por su mal proceder, por apartarse de los mandatos del Señor. En la segunda parte el Señor promete restaurar al pueblo y le dice “aunque atravieses por dificultad, verás a tus maestros, no se quitarán más”.
Es lamentable no tener maestros, no tener quién dirija, quien instruya, quien señale el camino correcto. Imaginemos en cuáles condiciones estaría esta o cualquier sociedad si en ella no existieran los. Y en este caso no hago referencia simplemente a los maestros de las escuelas, también a los de la Iglesia, los padres, entre otros.
Es incómodo muchas veces tener que bregar con personas, (amasar ese barro, esa vasija que no toma forma, esa pared que se ha levantado y va torcida, lidiar, enfrentar esos temperamentos tan fuertes). No es fácil, pero como dijimos antes, el maestro conoce su misión y la trabaja hasta obtener el resultado anhelado.
Maestro, ¿cumples tú con las cualidades, eres fiel, eres atento, compasivo, concuerdan tus palabras con tu vida, o simplemente preparas la lección cada día, cada semana por cumplir, estás guiando, estás tallando, estás construyendo bien, limpias tu terreno, cuidas tu planta, o ves al discípulo extraviado y lo dejas continuar así?
Qué bueno es el éxito, qué bien nos sentimos al alcanzar las metas; ¿estás dispuesto a dejarte guiar, a dejarte dirigir, a reconocer cuando estás mal y recibir la dirección de tu maestro que conoce el camino? Nos estimula ver a los demás conquistar, ¿sabes que ese estuvo dispuesto a dejarse dirigir?
Analicemos donde estamos hoy, todo lo que somos es el resultado de la labor conjunta de todos esos maestros que no se cansaron. Ya has agradecido, has orado por ellos. Demos gracias a Dios por esos esforzados hombres y mujeres que Dios usó para nosotros. Demos gracias por esas lecciones más que teóricas, vívidas que nos modelaron

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